El proyecto Cocina Mendoza tiene lugar en el municipio de Ixmiquilpan, el corazón del Valle del Mezquital, centro del estado de Hidalgo, México. Aquí se encuentra la comunidad de San Nicolas de Tolentino, hogar de la familia Mendoza la cual pertenece al pueblo Otomí y es poseedora de la mayordomía durante el año 2019 y 2020.
La familia se organiza a través de un matriarcado y la cocina es el espacio arquitectónico más importante dentro de sus actividades diarias en donde emplean herramientas tradicionales de la cultura otomí como el metate, molcajete y ollas de barro para la preparación de sus alimentos. Su dieta está determinada por el contexto natural y geográfico, así como por su tradición cultural heredada siendo el maíz criollo el pilar de su dieta diaria, complementándose con quelites, quintoniles, nopales, calabazas criollas, frijoles y animales que ellos mismos crían.
Dentro de su organización cultural y tradicional se encuentran las fiestas patronales y las mayordomías. La cocina se vuelve el elemento medular de estas celebraciones, pues los mayordomos son los encargados de dar la comida, bebida a la comunidad, ademas de el castillo y la música. Las artesanas dentro de la comunidad otomí son respetadas al ser poseedoras de conocimiento ancestral de su cultura trasmitido de generación en generación, y siguen preservando atreves de su trabajo cotidiano de tejido y bordado, y el uso de su indumentaria tradicional. En este contexto tanto la cocina y como sus habitantes son un pilar en la sabiduría ancestral y gastronómica dentro de la comunidad de San Nicolás.
La configuración espacial de la Casa Mendoza parte de un patio central en donde se distribuyen perimetralmente su taller de bordado, cocina y habitaciones. El sistema constructivo del objeto arquitectónico está determinado por los materiales del sitio utilizados hace poco más de 100 años, bloques de cantera de baja calidad, juntas de lodo y mortero de cal.
La cocina –cuya temporalidad data del Siglo XX dentro de un periodo histórico/colonial– se encontraba recubierta en su fachada con mortero blanco cal-arena presentando algunos desprendimientos. Las dimensiones comprenden un alto de 3.17m y un ancho de 4.3m con profundidad de 8.43m, dando un total de 36.24m2; contaba con un acceso de 1.60m x 87cm y una ventana de 70cm x 50cm. En el interior, los muros se encontraban deteriorados aparentemente por humedad. De la misma forma, los aplanados y la cubierta se encontraban cubiertos por hollín generado por la combustión de leña debida al uso de fogón, el piso presentaba fracturas y desprendimientos por la pobreza de la mezcla de concreto.
La identidad en nuestro país se presenta como un problema nacional, pues hasta nuestros días persiste la idea colonizante, en la que se impone una creencia dando como resultado el exterminio de la cultura. Es por eso que nuestras ciudades y procesos arquitectónicos son el reflejo de situaciones genéricas europeas. La condición de la creación de objetos arquitectónicos a nivel local provee de las herramientas necesarias para lograr una identidad con la arquitectura vernácula y su entorno indigenista Repercutiendo en la recuperación y mantenimiento de las tradiciones y costumbres, esto además de darnos identidad, nos diferencia de otros pueblos y vincula a través del espacio especializado para la elaboración de alimentos; es decir, la cocina.
A través del tiempo, la cocina tradicional sufrió un deterioro considerable ocasionado por agentes naturales y el uso continuo. Siendo el núcleo principal de la casa y el espacio más importante a cargo de 5 mujeres, se hizo necesaria una intervención de restauración, conservación y adecuación que respetara el sistema constructivo tradicional, así como los materiales existentes. Siguiendo esta línea, se realizó una propuesta con conceptos arquitectónicos que se apegaran a esta idea principal y aprovechara la tradición Otomí en la cocina –compuesta por elementos prehispánicos que han logrado sobrevivir hasta nuestros días– conservando la cosmovisión ancestral del Valle del Mezquital.
Para las hermanas Mendoza fue fundamental la conservación de su herencia familiar constructiva y por ello la intervención preservó los valores de su arquitectura tradicional, así como énfasis en el uso de materiales de la árida región del Valle del Mezquital. Lo lazos de la comunidad como los de la familia se reforzaron al involucrarse en el proceso constructivo de la cocina a través de las faenas, recordando así su tradición constructiva, que ha sido olvidada por el paso del tiempo y a la llegada de nuevos materiales a zonas indígenas.
Créditos
Arquitecta Autora: Rosario Hernández Argüello
Arquitecta Residente: Angelica Mendoza Espinoza
Arqueólogo Asesor: Pedro Cardoso Reyes
Familia Mendoza: Sr. Valentín Espinoza Palma, Sr. Rodolfo Mendoza Romero, Sra. Brigida Mendoza Romero, Sra. Isaura Mendoza Romero, Sra. Blandina Mendoza Romero, Sra. Marcelina Espinoza Palma, Sr. Victor Manuel Mendoza Espinoza, Joven Carlos Alberto Mendoza Espinoza, Dra. Emilia Mendoza Espinoza, Sra. Edith Mendoza Espinoza, Sr. Victor Desiderio Domingo, Sr. Arturo Charrez Paloma, Niño Mateo Desiderio Mendoza, Niña Romina Mendoza Gonzáles, Niño Diego Charrez Mendoza, Voluntario Rodrigo
Maestro Albañil: Carlos N
Ayudantes: Adrian N y Francisco N
Rosario Hernández Argüello (Mixquiahuala de Juárez, Hidalgo) es arquitecta por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (2015) en donde actualmente funge como docente de asignatura. Su carrera profesional se ha desarrollado en torno al estudio de las técnicas tradicionales en México realizando intervenciones de carácter social en distintos estados del país. Ha trabajado como arquitecta en oficinas como Raíz Arquitectura y colaborado en proyectos de reconstrucción en el estado de Chiapas. En 2019 cursó el Segundo Diplomado en Procedimientos y Sistemas constructivos Tradicionales, impartido por la Facultad de Arquitectura de la UNAM a través del Laboratorio de Procedimientos y Sistemas Constructivos Tradicionales en colaboración con el Centro de las artes de San Agustin (el CaSa), en San Agustín, Etla, Oaxaca. Impartió un taller de arquitectura en tierra para la “Semana i” en el Tec de Monterrey campus Morelia en octubre de 2019. Actualmente desarrolla proyectos de arquitectura tradicional en un esfuerzo de rescatar los saberes constructivos en comunidades del estado de Hidalgo.
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